Atletico de Madrid 4 - 1 Deportivo
"Antes de comenzar pintaba bien la cosa para el cuadro de Lotina. Enrachados, visitaban a un Atlético deambulante en Liga y con Aguirre en la cuerda floja. Sin embargo, los jugadores blanquiazules no supieron sacar ventaja de la situación y los locales, tras encontrarse con un tempranero gol a favor, pudieron desarrollar su juego y destrozar a un Deportivo tremendamente amedrentado que cometió infinidad de errores e imprecisiones en defensa. Y si la línea defensiva falla se produce el descalabro, como viene sucediendo a lo largo de la temporada.
Los primeros minutos, trabados y de tanteo, mostraban la idea de Lotina. Aguantar en tres cuartos de campo al Atlético de Madrid y esperar una contra era la consigna. Pero en el minuto veinticinco se rompió por completo el planteamiento blanquiazul. Córner local que los marcadores deportivistas no aciertan a despejar y el holandés Hetinga que aparece en el área pequeña para empujar el balón al fondo de las mallas. Primer gol y jarro de agua fría para el Deportivo, que todavía no había remontado un resultado adverso en la presente campaña. Y tampoco a la orilla del Manzanares lo iba a conseguir.
La primera parte continuó con su ritmo lento y, aunque Lafita y Guardado lograron inquietar la meta de Leo Franco con peligrosos disparos, Forlán, en sendos lanzamientos a la madera, presagiaba la sentencia del equipo blanquiazul, que hasta el inicio de la segunda parte mantenía vivas sus esperanzas.
Así pues, el segundo acto comenzó. Pero, a escasos cinco minutos de la reanudación, un garrafal error de Lopo concedió al insistente Forlán un mano a mano ante Aranzubia que no desaprovechó. Dos a cero y el cuadro de Lotina decía adiós al encuentro. Los minutos pasaban y, como en la primera parte, el mediocampo no existía y se apreciaba una falta de agresividad terrible, dejando al descubierto a un equipo sin rumbo y sin aspiraciones de victoria. Entonces, Lotina se decidió a realizar cambios. Pablo Álvarez y Bodipo sustituían a Riki y Verdú. El catalán, que hoy jugó cómo pivote junto a Sergio, con Juan Rodríguez ayudando pero caído a la banda derecha, estuvo perdido, inoperante y desacertado durante el tiempo que estuvo sobre el campo y su sustitución era un secreto a voces en el banquillo herculino, aunque sus dos compañeros en la parcela ancha tampoco rindieron, ni mucho menos, a un buen nivel.
De todas formas, más allá de cambiar el devenir del encuentro, el Deportivo encajó un nuevo gol. Una gran pared entre Maxi y Agüero se convirtió en un zurriagazo del capitán atlético ante el que nada pudo hacer Aranzubia.
La desidia y la pasividad continuaron mientras el choque languidecía. Así, aprovechando de nuevo la permisividad blanquiazul, Forlán conseguía el cuatro a cero en el minuto treinta y cinco. Aunque el partido había terminado al minuto cinco de la segunda mitad, este tanto hirió el orgullo de un club coruñés que, tras la entrada de Valerón, dispuso de claras ocasiones para marcar más de un tanto, aunque solo tuvo fortuna para conseguir uno. Y de forma trabada. Filipe, en jugada particular, se interna en el área atlética, pierde el balón, que le cae a Valerón. Muy listo, el canario cede de nuevo al brasileño para que empuje el esférico al fondo de la portería. Después, claras ocasiones de Sergio y Guardado que pudieron haber maquillado el contundente resultado final.
En definitiva, un Deportivo sin sus virtudes características –defensa, agresividad y contraataque- salió goleado del Vicente Calderón ante un Atlético que, sin realizar un partido brillante, supo aprovechar las ocasiones que buscó durante todo el encuentro, manteniendo la posesión del esférico y haciendo un sólido trabajo defensivo."
*Info extraída de Riazor.org
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