El encuentro comenzó con buen pie para el Deportivo. Los locales tenían la pelota aunque las jugadas de ataque eran esporádicas y poco afortunadas. Entre tanto, el Feyenoord intentaba aprovechar las oportunidades de contra, a pesar de que al igual que su rival tampoco era quien de crear peligro en el área blanquiazul.
Los de Lotina estaban bien plantados sobre el terreno de juego, pero les faltaba definición. Mista, el referente en ataque, creaba ocasionalmente alguna ocasión, que no lograba materializar.
El partido no cobró intensidad hasta que el minuto 29 el Deportivo se adelantaba en el marcador. Lopo empujaba con la pierna un balón que venía de Guardado y anotaba así el primero de la noche para los locales.
A partir de aquí el partido no tuvo más dueño que el equipo coruñés. El Feyenoord, desaparecido en combate, disfrutó de su mejor oportunidad en una falta sacada por Van Bronckhorst a escasos metros del banderín de corner, sin llegar a crear en ningún momento peligro sobre el área defendida por Aranzubia, que vivió una primera parte muy tranquila.
Los holandeses parecían salir con más fuerzas en el segundo tiempo. Transcurridos tan solo tres minutos el número Bruins disparaba con fuerza hacia la meta coruñesa, pero el esférico rebotó ante el portero blanquiazul yéndose por encima del larguero.
Sin embargo, esta acometida del Feyenoord se quedó en una anécdota más, puesto que el Deportivo demostró tener controlado el encuentro. En el 49, Filipe corría hacia el área rival y cuando intentaba pasar el balón, la fortuna quiso que Hofland lo interceptara y lo enviase al interior de su propia portería. Era el 2-0 para el Dépor.
El Feyenoord todavía no se había recuperado del duro varapalo cuando Cristian desde la izquierda cambiaba de banda para Guardado que chutaba al segundo palo donde Timmer no podía llegar. El tercero para los locales, que en el minuto 50 ya habían cumplido con las expectativas de la noche.
En el 70 Aranzubia evitó el gol de Makaay, que no fue capaz de recoger el pase que le hacía su compañero Slory en el interior del área. Por su parte, los gallegos tuvieron una nueva ocasión para deleite de la afición a falta de quince minutos para que finalizase el encuentro. Sergio enganchaba el balón y lo chutaba con fuerza hacia la portería holandesa, pero Timmer, muy atento, detenía el disparo.
Con el pitido del árbitro, el Dépor lograba los tres primeros puntos en la fase de grupos de la UEFA, quedando así en una buena posición para sellar su pase a los dieciseisavos de final en los próximos encuentros.
Sin duda, la nota negativa del encuentro fue el mal comportamiento de la afición holandesa desplazada hasta Riazor. Aislados en una esquina del campo, dedicaron buena parte del descanso y de la segunda parte a lanzar sillas contra los encargados de la seguridad del estadio".
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*Info extraída de Riazor.org
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